¿A quién no le ha pasado que dentro de su empresa ha realizado tareas que no se corresponden con su cargo?¿o que de un día para otro tu puesto desaparece y te reubican en otro departamento? Hoy en día, las empresas buscan personas que se adapten a los cambios de manera rápida y eficiente, que sean flexibles y proactivas. Y más aun en lo que se refiere al mundo digital. Aquellos que sepan adaptarse y coger las riendas, tendrán una carrera más larga en su empresa.
¿Y que ocurre con la flexibilidad y adaptación en la escuela? Algunos dirán que los niños son muy pequeños como para adaptarse a los cambios, entonces lo que ocurrirá es que cuanto más tarden en empezar a ver cambios en su vida, más tarde los interiorizarán y lo gestionarán de peor manera a nivel emocional. Por ejemplo: para cambiar a un niño o niña de clase, se necesita el consentimiento de los padres. Los hay que ven esos cambios como positivos, que podrán conocer a más gente, y los hay que dicen que eso sería un palo muy grande para su hijo. Entonces, lo que están haciendo es proyectar sus propios miedos en sus hijos.
Si siempre tendemos a no permitir que nuestros hijos se salgan de sus rutinas; de sus costumbres; de sus círculos… el día que la sociedad les lleve a ello de manera natural cabe la posibilidad de que sientan miedo, de que no sepan como afrontarlo o, incluso, que lo rechacen. Salir de la zona de confort siempre es bueno, pues te otorga experiencias vitales.
Para todo cambio que pueda surgir en la vida de nuestros hijos, es fundamental un apoyo o acompañamiento de sus seres queridos, pero nunca un freno. Así estaremos forjando en el niño una conducta adaptativa que le servirá para el resto de su vida.
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